sábado, 16 de abril de 2016

Soledad



Allí estaba ella, desnuda, con su pelo negro como una cascada bajando por su espalda.

Con la mirada perdida en la calle donde pasaban coches y alguna persona haciendo deporte o algún solitario dando un paseo.

Allí estaba sí, con una copa de cava en la mano y un cigarrillo en la otra, esperando.

Desde la ventana parecía otro lugar, otra ciudad... otra vida que no le pertenecía.

Sintió el aroma antes que el abrazo de aquel hombre de ojos azules penetrantes que la abrazó desde atrás.

Un abrazo cálido y fuerte que la trajo al mundo real.

Era hora de vestirse, la pasión se había agotado y tocaba volver a la soledad de su historia, donde su única compañía era una taza de café y una vieja máquina de escribir.

TCL

4 comentarios:

  1. Desde la ventana siempre se ve nuestra otra vida aunque siempre acotada por las murallas de los sueños.

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    1. Y detrás de los sueños vuelve la realidad... siempre.

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  2. Desde la ventana, la azotea, desde la playa sentada, siempre se ve la vida de otra manera, solo nosotros podemos cambiarla, dotarla de esa magia que otorgamos a nuestras letras. Buenas letras que toca hacerlas realidad, o que tal vez lo sea sin verlo, con otros atributos. Besos todos Toñi!!

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  3. Realidad o fantasía siempre se plasman sentimientos... vivencias aunque sólo sean internas y soñadas... Un beso, preciosa mujer!

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