Déjame desde la calma contemplarte. Al caer la tarde, cuando todos recogen y se van. En ese momento donde tus olas dejan un rumor suave, relajante. Cuando el sol se echa a descansar y da paso a la oscuridad donde habitan los sueños.
Déjame ser parte de tu orilla fría, de tu arena húmeda. De tu brisa fresca que alimenta mi calma.
Quiero ser mar y arena, olas y espuma, día y noche, brisa fresca...
Quiero ser todo y nada, tempestad y calma, ser tu alegría cada mañana y tu infierno en una noche larga.
Déjame abrazarte como las olas del mar, meciendo tu cuerpo mientras te canta una nana.
TCL
Bello.
ResponderEliminarAbrazos
Los sentimientos muy hondos, siempre son bellos. Gracias!
Eliminar