Lo que yo daría,
por hacerlos reír
con alguna payasada,
con algún gesto...
por dejarlos dormidos,
contándoles un cuento,
por hacerlos feliz
en cada momento.
Lo que yo daría,
por perfumarlos de encanto
y aliviar sus pesadillas
de un plumazo,
por correr en bici
por medio del campo
y hacerles caricias
con mis manos.
Lo que yo daría,
por secar cada lágrima
antes de su llanto,
por envolverlos siempre
entre mis brazos,
por mirarlos jugar
mientras me relajo.
Lo que yo daría...
Pero han crecido
muy rápido
y solo puedo mirar
con nostalgia el pasado,
deseándoles un futuro
de felicidad colmado.
En silencio admiro
a mis hijos,
sabiendo que su felicidad
y la mía...
van de la mano.
TCL
Sigue queriéndolos y disfruta, aunque sean mayores. Sigue intentando conseguir que seas para ellos una sana necesidad.
ResponderEliminarY en ello dejo mi vida, en estar siempre cuidando sus necesidades y compartiendo y festejando sus alegrías... una madre siempre lleva su corazón en el pecho de sus hijos. Un abrazo!
EliminarPasa tan pronto la niñez. Sin que nos demos cuenta los hijos se nos hacen hombres y mujeres. El tiempo pasa de prisa, pero siempre quedan en el recuerdo esos momentos tan disfrutables de cuando eran apenas unos micos.
ResponderEliminarUn saludo.
Cierto! Se hacen mayores, pero siempre quedan recuerdos, vivencias nuevas que compartir con ellos. Recordar y esbozar una sonrisa es un placer.
EliminarGracias por tu comentario, bienvenido!
Un abrazo!