sábado, 22 de septiembre de 2018

Fibromialgia


He decidido dar este paso, que me cuesta bastante, para decir que sufro FIBROMIALGIA.

Durante años he padecido dolores por todo mi cuerpo, he tenido vendados tobillos, muñecas, roturas de tendones y un largo etc que nadie entendía.

Cuando tratas de hacer una vida normal, ir de compras, trabajar, quedar con amigos... todo se convierte en un desafío. Cuando quieres coger peso y no puedes, cuando de repente dan mareos inesperados, dolor de cabeza repentinos, te molesta la luz o algún ruido mínimo para otros pero demasiado estridente para ti, piensan que exageras, que estás loca, que eres rara, pero no, lo siento realmente y es muy molesto e incómodo que nadie te entienda.

Cuando intentas explicar que tienes FIBROMIALGIA, algunas personas te juzgan, "todo está en tu mente", "no quiere trabajar", "se inventa un dolor cada día" "es una exagerada", otros intentan escucharte y mientras lo hacen piensan que eres un bicho raro, te miran con desconfianza, incredulidad o compasión. No conocen tu dolor, no creen tu dolor, el dolor no se mide, ni se demuestra con facilidad. Es entonces cuando decides callar y no dar explicaciones, cuando decides no quejarte y guardar muy dentro lo que sientes y caes en una gran tristeza, depresión, angustia...

Mi dolor es crónico, incurable y varia por días, a veces es "soportable" otras, inaguantable, un día me pueden doler los hombros, otros la cabeza, otro día las piernas...

Sufro de fatiga crónica, tal vez, hoy me ves alegre y de compras y mañana no puedo ni levantarme de la cama, porque tal vez he estresado demasiado mis músculos. Cada día al despertar sufro rigidez en brazos, cuello, piernas y tardo bastante en recuperar la movilidad.

No soy intolerante, pero a veces me molestan los ruidos, incluso que me hablen, no duermo bien por las noches y eso me causa irritabilidad y cansancio generalizado, que los de alrededor no entienden.

Tengo que aprender a delegar y pedir ayuda a los demás, eso no me gusta pero debo hacerlo, incluso en mis responsabilidades en el hogar, no es pereza pero el estrés diario puede empeorar  mis síntomas.

 Si me ves sonreír, no asumas que me siento bien. Sufro de dolor crónico y fatiga que no tiene cura. Puedo tener mis días buenos. De hecho, son los días buenos los que me permiten seguir adelante.

Tengo FIBROMIALGIA, sí, pero sigo viva, y a pesar del dolor y el cansancio las veinticuatro horas del día, también me apetece salir, reír o disfrutar de los míos.

Espero que esto te ayude a entenderme, pero si aún así dudas de mi dolor, tienen buenos libros, internet y artículos sobre la FIBROMIALGIA que te ayuden a entender lo devastadora que es ésta enfermedad.

No desearías un día en mi cuerpo, no elegí tener FIBROMIALGIA, pero debo aceptarla como parte de mi vida, toda mi vida, aprender a vivir con ella y esperar, como mínimo, tu respeto.

TCL