Dejarnos llevar por el deseo, pero siempre sabiendo que es el alma quien conduce nuestro ser, es darnos lo mejor de nosotros mismos. El placer de los sentidos y la armonia de nuestros espiritus al fundirnos el uno en el otro, entregánonos en la totalidad y en la plenitud, porque así te siento.
Dejarnos llevar por el deseo, pero siempre sabiendo que es el alma quien conduce nuestro ser, es darnos lo mejor de nosotros mismos. El placer de los sentidos y la armonia de nuestros espiritus al fundirnos el uno en el otro, entregánonos en la totalidad y en la plenitud, porque así te siento.
ResponderEliminar