Abro los ojos y el olor a café inunda la casa, es agradable.
Me levanto descalza, me gusta sentir el frío suelo sobre mis pies.
Te oigo en la cocina, tarareando esa canción, una y otra vez.
Aún es de noche y la ciudad duerme.
Abro la ventana y dejo que la brisa me acaricie,
cierro los ojos y respiro profundo el gélido aire.
Vienes a mi con el café caliente,
me abrazas por detrás protegiéndome,
apartas mi pelo y besas mi cuello,
el dulzor de ellos amarga el café.
Tus manos tibias recorren mi piel
debajo del camisón color miel.
Fuera va despuntando el día,
los primeros rayos aparecen
y tu deseo se hace más fuerte.
Apartamos las tazas ya vacías,
descontando las estrellas que quedan vivas,
las manos cubren los senos con alevosía,
los labios calientan las carnes frías.
Un tímido rayo cruza la línea
mientras hacemos largas las caricias.
Tu pupila clavada en la mía,
el silencio nos dice maravillas,
el sonido se esconde entre gemidos
que se ahogan en besos eternos.
Agarras mis caderas con energía
me aprietas fuerte contra tu cuerpo,
siento tu erección tan mía...
Allí, mientras el sol nos mira,
me haces el amor sin prisa.
Ahora, vamos por otro café...
que amanece el día.
TCL
Cuando se aplica el verbo como tu lo haces, la verdad es que es un deleite recorrer cada punto de la geografía de esos meandros. Tienes un toque muy peculiar y característico. Sigue con él. Me ha encantado.
ResponderEliminarGracias por compartir y recibe un abrazo.
Gracias a ti querido amigo. Tus letras me ayudan a continuar con ésta loca aventura, a dejar fluir sentimientos escondidos.
EliminarUn honor para mi que te guste mi verba y forma de expresión.
Gracias por acompañarme, leerme y estar.
Un abrazo!
Como desde que te leo, llenas el tintero de tus versos con sensualidad y una apasionada cercanía.
ResponderEliminarHaces de cada verso una historia de amor. Gracias por tus amistad.
Sabes que me dejo llevar por los vuelos de mi mente, a veces, amurallados... Gracias mi admirado y querido amigo! Un beso!
EliminarLa bestia devoradora de sueños descansa, las calles húmedas borraron nuestras hueyas otra vez, de vez en cuando me asomo por la puerta de la cocina y observo tu cuerpo desnudo, echado sobre la cama, en perfecta armonía con la luna que penetra por la ventana con su ténue luz observándote y formando dunas con tu cuerpo, te quisiera abrazar eternamente mientras sonrío, es preciosa la estampa que se presenta ante mi, tu cuerpo desnudo sobre la sábana y la luz de la luna formando relieves, me recuerdan a esas estatuas griegas, perfectas, talladas hasta el último detalle. Tarareo “fields of gold” mientras por la ventana veo ventanas bostezar abriendo sus persianas con estruendoso traquetreo encendiendo sus blancas luces, te estoy preparando el café que sé que te gusta, con mucho amor, con nuestro amor. Salgo de la cocina y veo un cuadro de Vang Gog, tu silueta se recorta contra la ventana mientras tu camisón color miel hondea suavemente movido por la gélida brisa, se transparenta dejando entrever tu silueta a contraluz, te abrazo por detrás, apartando tu pelo, buscando tus labios, siento como te estremeces entre mis brazos y después de tomar el café te giras, retiro el pelo de tu rostro mientras bajas tímidamente la mirada esperando un beso como preludio del amor, la cama deshecha nos mira , nos invita, nos tienta a ir hacia ella como las rocas a las naves, nos besamos, tus piernas se enredan en mi cuerpo como no queriendo que te suelte mientras tus manos acarician mi espalda, un tímido rayo cruza la línea y así mientras el sol nos mira, te hago el amor sin prisa, vamos a por otro café… que amanece el amor….
ResponderEliminar"a vuelapluma o brocha gorda"
RPB
Magistral!!! Gran extensión en prosa a mis versos. Gracias siempre por estar. Un beso enorme!
EliminarEl otro lado de la cama!!!!
EliminarPreciosos amaneceres poetisa..
ResponderEliminarTú, verso, conoces el amanecer del alma. Un abrazo!
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